Salomé, reescripta
Salomé habla. No como hija, no como adorno, no como advertencia: como juicio. Este texto no explica, no suaviza, no perdona. Es sentencia escrita desde la herida, desde la lengua madre, desde el cuerpo que ya no pide permiso. Aquí se nombran los cobardes, se quiebra el canon, se devuelve el deseo a su dueña. Si puedes leer sin bajar la mirada, sigue. Salomé no danza para entretener. Danza para condenar.
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